When you build your home in other people, you give them the power to make you homeless.
Cada hombre que ha pasado por ti te ha llevado de la mano a cada una de tus heridas. Te rompiste, te viste en el suelo y pensaste que aquello era el final. Habías entregado el protagonismo de tu historia a alguien más, relegándote a un papel secundario de su película. Todo a costa de desmantelar tu casa. Escribiste, escribiste mucho, preguntándote qué habías hecho mal, por qué no te habían dado lo que tú necesitabas y por qué tampoco te habían visto en aquella ocasión. Las páginas pasaban sin encontrar una respuesta que te convenciera, a pesar de todas las hipótesis a las que te enganchaste. Pasaste por todas: las heridas de la infancia, las circunstancias sociolaborales, las conjunciones planetarias, las suposiciones más místicas. Todo menos cuestionarte por qué te querías quedar en lugares que olían a sacrificio y donde no podían verte, al menos, como tú necesitabas, como tú querías. Aquel capítulo te parecía demasiado oscuro; pero, al final, entraste.
Te leíste cada página que te llegaba de tu inconsciente y todo cuadraba con las teorías de los expertos sobre cómo el cuerpo toma nota de lo vivido. Escenarios conocidos que se repiten en búsqueda de sanación. Otra vez, aprendiste a perdonarte porque, otra vez, te habías dejado sola. Conocías todas las palabras de amor propio, pero te faltaba conjugar en primera persona la compasión, la dignidad y la fe que siempre habías regalado a cualquiera. En el camino, te arropaste con mantas, palabras amigas, libros amables, referentes, herramientas que te tendían una mano para dar un paso más hacia ti, hacia tu casa, aquella que habías empezado a construir. Entonces, elegiste contarte otra historia: una versión en la que tu verdad merece una silla en la mesa, tu voz se convierte en una ciudadana más, y tu mirada sale de sí misma y muestra su cara para moldear su presencia en el mundo. Ahora, entre heridas reabiertas, estudias tu nueva constitución. En el fondo, te sientes más llena. Sabes que has conquistado otra parte de ti, otra habitación de tu propia casa.
Getxo, febrero de 2024.